Testimonio de parto en clinica
TESTIMONIO
Las contracciones comenzaron un martes y comenzaron a preparar todo, habían decidido hacerlo en la clínica privada El Pilar de Donostia. Pero al día siguiente, el miércoles, las contracciones pararon y decidieron quedarse en casa tranquilamente. A la noche comenzaron de nuevo más intensas y a la mañana siguiente decidieron ir a la clínica. Allí les informaron de que ya había dilatado tres centímetros y les recomendaron quedarse allí.
La matrona era la misma que la atendió anteriormente. Le explicaron que habían decidido tener un parto natural y que habían preparado todos los papeles. Según nos cuenta la pareja, en esta clínica el parto era a la carta ya que ponen a tu disposición los recursos necesarios para llevarlo a cabo.
La matrona les mandó a la habitación acomodada para este tipo de casos, les dijeron que ellas pasarían de vez en cuando y mientras que estuvieran tranquilos. La habitación estaba muy bien acomodada, aparato de música, el balón para hacer los ejercicios, bañera…
En la habitación pusieron música, y comenzaron con los ejercicios de respiración. Ella cuenta que hacer el “aaa” le ayudada mucho y más al hacerlo los dos juntos. Su
compañero cuenta que en un principio se sentía un poco ridículo, pero que al final, él también se tranquilizaba haciendo el ejercicio junto a su compañera.
Al mediodía le examinaron y le dijeron que había dilatado un poco. La ginecóloga le dijo que en cinco horas ya estaría pariendo. Pero pasaron las horas y aunque había dilatado ya nueve centímetros, la matrona decía que el bebé no podía pasar porque la bolsa no se había roto. En uno de los exámenes la ginecóloga rompió la bolsa sin querer, diciendo “pero se le iba a romper ya…”.
Después de este incidente parecía que el parto iba a progresar y que a la madre le entrarían las ganas y necesidad de empujar, cosa que todavía no había pasado. Pero en ese momento le entró un dolor importante en los riñones y no era capaz de controlar nada, ya que ese dolor le impedía sentir lo demás. Su compañero cuenta que en ese momento el proceso se estancó de alguna manera.
Pasaron unas cinco horas, la ginecóloga venia de vez en cuando… parecía que las cosas se estaban torciendo, lo que hasta entonces iba de manual se estaba complicando. Empezaron a decir que el bebé estaba atascado en el coxis, que no podía seguir adelante y empezaron a hablar de la posibilidad de una cesárea.
Nagore:
Eran ya las cuatro de la mañana, y visto el panorama, la ginecóloga les dio hora y media para ver si el parto avanzaba. Si no era así, les adelantó que tendría que
tomar medidas al respecto. Entonces ella decidió tomar un baño (por tercera vez) a ver si le calmaba el dolor que padecía en los riñones. Su compañero cuenta que estaba desesperado viendo que las cosas no iban hacía delante. (Desde “Hazi Hezi” comentan, que a veces las amenazas cariñosas pueden ser terapéuticas para que el parto no se estanque)
Mientras, ella seguía en la bañera y tuvo la oportunidad de relajarse. Cuenta que de alguna manera perdió el conocimiento, quedándose como dormida. En ese momento parece que recobró las energías y comenzó a hacer fuerza en la bañera. El parto recobró su camino y al cabo de tres horas dio a luz.
Tal y como lo habían pedido con antelación, examinaron al bebe en el mismo paritorio, pero en lo que respecta al cordón umbilical entre toda la tensión se lo cortaron en seguida, aunque habían pedido que no se lo cortaran hasta que este dejara de latir.
A la hora de valorar la experiencia en la clínica, valoran positivamente el trato recibido. Les respetaron su intimidad y no les molestaron en la preparación. Pero, por otro lado, no les gustó la presión que les hicieron con el tema del tiempo. Ella reclama el tiempo que necesita cada una, preguntando en dónde esta el límite de parir, si el bebe y la madre se encuentran en buen estado.
Comentan que acudieron a una clínica privada para tener un parto natural, pero que allí se dieron cuenta de que
este parto era una experiencia nueva tanto para la matrona como para la ginecóloga. Ella misma les admitió que era su primer parto natural en 20 años de experiencia, ya que la mayoría al final optaban por la epidural, dejando de lado el parto natural.
En este sentido critican que en el momento de la expulsión se precipitaron y que en vez de dejar salir al bebé a su ritmo se adelantaron y la madre sufrió un desgarro importante. A esto hay que añadir la episiotomía que le practicaron para que el desgarro no fuera mayor.
Tomando en cuenta la experiencia, al preguntarles si volverían a parir en esta clínica, responden que no lo harían, ni tampoco en otro centro hospitalario. Pero, aun y todo, valoran positivamente el esfuerzo que hicieron estas profesionales, teniendo en cuenta cual suele ser la práctica habitual en los centros de salud. La ginecóloga misma les dijo que había sido una experiencia extraordinaria.
Ingresaron el viernes y les dieron el alta el domingo. Volvieron a casa y no pidieron ayuda pensando que entre los dos podrían con todo. Pero entre tanta tarea, la madre no cuido como debía la herida causada por la episiotomia y se le abrió de nuevo.
Se dirigió al ambulatorio y cuenta que no le hicieron más que un apaño. Al final tuvo que acudir de nuevo a la clínica y el médico le tuvo que volver a coser, cosa que le
hizo bastante daño. Este médico no le recomendó que reposara, le dijo que hiciera vida normal, que no tenia nada que ver con el movimiento. Eso sí, le recetó un antibiótico aunque tuviera que dar de mamar al bebé. La ginecóloga de Hazi Hezi fue la única que le aconsejó reposo absoluto.
A partir de ahí, sí que necesitaron ayuda, ya que había que atender tanto a la madre como al bebe y el padre no llegaba a todo. En ese aspecto, la ayuda de la amoña fue vital según cuentan. Teniendo en cuenta la situación en la que se vieron, imaginan la situación de indefensión en la que se deben de encontrar las personas que no tengan ninguna ayuda de familiares o amigos.